miércoles, 19 de septiembre de 2007

"... calles"

"... la misma calle son mil calles.

La esquina del primer beso,
la cita perdida, la transcurrida, la falta de expectativas,
la risa, el llanto, la prisa, el desencanto.
La misma calle es el bar de los amigos,
el cruce de avenidas, las idas y venidas,
los recuerdos infantiles, los encuentros “amoriles”,
la pelea callejera y el cigarro a duras penas…
La caricia sostenida un viernes a mediodía.
El encuentro apasionado de la noche de verano.
Un asfalto ya sin nombre… que nos asombre.

… la misma calle son mil calles.
la descalza, la sin prisa, la que corre imprecisa,
la desnuda, la vacía, la que resbala sumisa,
la indigente, la honrada, la valiente, la obstinada,
la urgente, la agitada, la insolente, la asfaltada…

… la misma calle son mil calles
La que viene y la que va.
La que te vio marchar ayer y hoy retornar.
La que exilia mi pena y me ve emigrar
La que vigila mis pasos tenues… y te hace dudar.
La que marca los destinos y luego se va.

La misma calle es dormir... y despertar."

lunes, 17 de septiembre de 2007

NO LO RECUERDO

"... me perdí en el atropello.
Acaso lo hice queriendo, tal vez.
No lo se. No lo recuerdo.
Me perdí, eso es todo.
Apenas me hallé hace un rato
inmóvil, callada, en la orilla de la acera
buscando entre la gente a quien me oyera
gritar sin aliento, voz embustera.
Veo el cuerpo tendido, descalabrado,
una mano hacia el norte, un pie descalzo.
No reconozco mi huella, ni ese cabello
esparcido en la calle como un destello.
Un montón de nada, algo familiar,
un pellejo ingrávido en el bulevar.

… me perdí en el atropello, nada recuerdo.
Ni quiero recordar. De eso me acuerdo.”

domingo, 16 de septiembre de 2007

MADUR-A

"Hay un boceto de ti en la almohada
bostezos de sal y calor a los pies de la cama,
un rugido de mar en la acera,
bajo el balcón sombras de arena,
bermellón en los labios, grietas de seda
Que ya rozas la treintena, dices tú.
Digo yo, la cuarentena.


Garabateas de azul, canas de niebla,
con pinceles de alga gris, cola sirena,
juegas a no crecer, niegas el tiempo
y las horas te tatúan en la piel surcos de fieltro.
La luz de ayer, hoy se atenúa,
la penumbra de hoy, mañana duda,
y en lo oscuro de mañana, sin tu reflejo,
las edades de la vida son tu cortejo.


Así que alienta el aire, rompe el espejo
ignora la x en la ecuación, mata el complejo.
Que para ser mujer no hay aparejos
y el vino más delicioso, es el añejo..."